DALLAS A UN PARTIDO DE LA GLORIA. MIAMI CONTRA LAS CUERDAS.

El ambiente que se respira en Estados Unidos me cuentan que es bastante hostil hacia el equipo de los Miami Heat, equipo odiado por muchos de los aficionados. La llegada de Bosh, y especialmente la de Lebron James, ha creado un clima negativo, en el que se desea ver fracasar el proyecto del conjunto de Florida. Sin haber brillado en la fase regular, en tiempos de playoff el equipo ha ido creciendo, hasta conseguir el pase a la final de la NBA, incluso han llegado a tener el factor cancha a su favor, pero ahora mismo, se encuentran en una situación límite, contra las cuerdas, tratarán de salvar el primer match ball que tienen. Para ello, el sexto partido de las finales se traslada a la soleada Miami, con el apoyo de su incondicional afición tratarán de voltear la situación, y conseguir el anillo de campeones, objetivo principal de la franquicia.

Sin embargo, en frente se encuentra Dirk "Robin Hood" Nowitzki, y eso son palabras mayores. El nivel demostrado por el alemán raya la perfección, y la determinación por conseguir ese anillo, que precisamente Miami le privó en 2005, es máxima. Si alguien todavía se atreve a abrir un debate en torno al mejor jugador europeo de la Historia, es que quizás no haya visto jugar al alemán, no hay discusión al respecto. Aparece en las grandes ocasiones, y esta vez cuenta con un equipo detrás con una profundidad de banquillo importante. El ocaso de Kidd también se encuentra cerca (es ley de vida), pero no se quiere retirar sin conseguir el campeonato, será un gran broche a una carrera más que brillante. Barea está demostrando ser uno de los complementos más eficaces para los Tejanos, aunque su rendimiento fuera de casa disminuye. Marion, Chandler, Terry, o Stojakovic, son jugadores experimentados, con un largo recorrido en la liga, llegados a este punto, el factor ambiental no debe suponer un problema para ellos.

¿Es posible que un jugador que realiza un triple doble en las finales de la NBA sea criticado?. Si te llamas Lebron James, la respuesta es afirmativa. Pero ser uno de los iconos de la liga, conlleva responsabilidades, y saber gestionar la presión es una de ellas. En todas las citas importantes en su carrera, no ha sido capaz de culminar los objetivos que se marcaban, tanto él, como sus equipos. Esta losa ha vuelto aparecer en esta final, no hemos visto la mejor versión del Rey James, hemos visto un jugador errático, y que en los momentos calientes de los partidos no aparecía al rescate de su equipo, aunque teniendo a Wade, y Bosh, tampoco era la necesidad imperiosa que tenía en Cleveland.

El domingo de madrugada tendrá lugar el sexto asalto de unas finales que están resultando de lo más igualadas. Sólo una victoria separa a Dallas, y a su excéntrico propietario, Mark Cuban, del ansiado anillo, la tarea no será  fácil, dado que deberán asaltar la difícil cancha de los Heat, pero si algo nos tiene demostrado la NBA es que su famoso slogan, "Where amazing happens", está presente, en esta ocasión podríamos titularlo, "Where Dirk happens". 
 

Por Alex Senra del Cerro
Analista NBA JGBasket

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